El poder de las conversaciones en empresas familiares
El modelo gerencial empresarial como lo conocíamos está en crisis. Vivimos la reformulación de los modelos de liderazgo en todos los ámbitos, y la transformación de los modelos de las relaciones en los espacios de producción.
Si consideramos a las organizaciones como redes conversacionales dinámicas, para aquellos que son parte de una empresa familiar, las organizaciones por excelencia serán su empresa y su familia.
La invitación es a tomar conciencia de las conversaciones que allí se desarrollan y que, a nuestro criterio, debería contar con acuerdos específicos para cada espacio.
La organización familia lleva intrínseco un lazo sanguíneo que, la mayoría de las veces, hace prevalecer la relación afectiva a lo largo del tiempo e incluso a pesar de las discusiones.
La empresa, por su parte, ha pasado del miedo a la confianza como la emocionalidad de base para el trabajo.
El desafío de los líderes desde hace algunos años es construir espacios a los que la gente quiera participar, por lo tanto, desarrollar empresas en las que se pueda conversar es fundamental –sobre todo para los que son parte de la Generación Y, Milennials y Centennials-.
Esta confianza de la que hablamos, se construye a partir de la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Son los actos lingüísticos los que construyen la confianza en las relaciones entre los humanos con recursos que son parte de la organización.
Analía Varela – Coach Ontológico Profesional COPA N° 2771. Vocal Delegación Entre Ríos de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional.
Modos y justicia.
Ahora bien, en las empresas familiares, convergen las conversaciones propias de la organización familiar (cada una tendrá sus propias particularidades) y las que se tienen que llevar adelante en la empresa. Trasladar los modos de una a otra suele ser un problema muy habitual que vemos cuando hacemos intervenciones en empresas, sobre todo de nuestra región.
Si un padre justo es quien entrega la misma cantidad de caramelos a cada hijo. ¿Un director de empresa familiar justo es quien paga el mismo sueldo a todos sus hijos desconociendo los estudios específicos y el tiempo que le dedica a la empresa cada uno? A priori pareciera ser que eso no es justo.
Por principio sistémico y partiendo desde el paradigma de la complejidad, los coaches ontológicos trabajamos sobre las conversaciones. Ellas son nuestra materia prima en general y en empresas familiares en particular. Si como dijimos, entendemos a las organizaciones como redes conversacionales dinámicas, según la calidad de las conversaciones que se tengan, será la calidad de los resultados que se obtengan.
En tantos años de trabajo hemos visto: desde empresarios que, priorizando la relación familiar y para no discutir, dirigían la misma empresa como dos unidades de negocios distintas e incluso antagónicas; hasta quienes por no coincidir con la forma de gestionar la empresa terminaron peleados con la familia.
Hay diversas investigaciones que sostienen que la primera generación crea la empresa, la segunda la mantiene y la tercera la funde… La buena noticia es que, si se interviene a tiempo en las conversaciones de la organización, es posible romper con lo que pareciera ser la crónica de una muerta anunciada.
El poder de las conversaciones en las empresas familiares radica la capacidad de desarrollar nuevas habilidades como la escucha comprometida, el hablar cuidadosoy el reconocimiento de las emociones. Esto sumado al amor de y por la familia puede hacer que la organización sea aún más poderosa, más rentable y con personas másfelices… porque al fin y al cabo… lo más importante es poder ser felices también mientras trabajamos.
Fuente: Dos Florines